A comienzo del 2017 estuve en Katmandú. La primera vez estuve en noviembre 2015, un poco después del terremoto. En aquella oportunidad visitamos los principales templos en Katmandú, siendo mi favorito Swayambhunath. También fuimos un día a ver el amanecer a Nagarkot. Aunque estaba un poco nublado, alcanzamos a ver la figura del Monte Everest a la distancia. Esta vez decidimos aprovechar nuestra estadía en Katmandú para hacer una caminata corta en Chisapani. El recorrido lo comenzamos en Sundarijal el sábado en la mañana. El recorrido de ese día fue un poco pesado ya que todo el tiempo fue subiendo la montaña. Sin embargo fue una excelente oportunidad para desconectarme, para disfrutar de la naturaleza y tomar un descanso del gris y la polución de Delhi.
En el recorrido de ida se ven las terrazas de cultivo, las cuales son lindas de apreciar. El destino de ese día era Chisapani, la cual fue fuertemente golpeada por el terremoto. Muchos hoteles fueron destruidos y de otros, solo quedo el primer piso. El guía nos contaba que algunos de sus compañeros fueron sorprendidos por el terremoto mientras guiaban un recorrido. Ese día dormimos en Chisapani y el domingo madrugamos a ver el amanecer. No estaba tan despejado como hubiéramos querido pero igual era lindo ver como el sol se deprendía entre las montañas.
El recorrido del domingo fue mucho más tranquilo, el recorrido fue en terreno plano y en medio de una reserva natural. A Katmandú llegamos hacia las 5 de la tarde, cansados pero contentos. Esta vez que estuve más por fuera de Katmandú me di cuenta que Nepal es un país bastante pobre. La infraestructura es bastante regular, las calles y carreteras están en muy mal estado. Solo unas pocas calles están pavimentadas, lo que hace que se levante una cantidad de polvo increíble. La mayoría de la gente utiliza máscaras porque el nivel de polvo es insoportable. Según el conductor que nos recogió después de la caminata, las vías están en muy mal estado porque después del terremoto fue necesario cambiar las tuberías, así que tuvieron que romper las calles.
En Katmandú descubrimos dos lugares muy ricos para comer. En mi primera visita había ido a comer pizza a Fire and Ice, la cual es rica, pero es mucho más rica en Roadhouse Cafe en Thamel. La verdad es que en Delhi no se consigue buena pizza, así que encontrar este tipo de lugares es importante. Otro sitio muy rico para desayunar es Café Soma. Este no es cerca de Thamel, pero está a más o menos 15 minutos en carro. Los huevos Bendict son deliciosos y tiene una terraza muy agradable. Eso sí, uno no puede irse de Katmandú sin comer momos. Hubo un restaurante cerca al hotel donde nos estábamos quedando que vendía unos momos muy ricos. No recuerdo el nombre, pero es al frente de un almacén japonés que se llama Miniso. Una noche fuimos a un sitio que se llama Sam´s Café, los momos también son ricos y la terraza es súper agradable, además como dato curioso, es atendido por personas sordomudas.